viernes, 29 de octubre de 2010

Punto blanco, el asesino oculto

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El punto blanco, manifestación visible del conocido parásito cryptocaryon irritans es el principal causante de pérdidas económicas tanto en el sector de la acuariofilia como en la industria piscícola del mundo entero.


Descubierto en 1.951, este protozoo ciliado, es completamente distinto del parásito que origina el punto blanco en los sistemas de agua dulce. Del mismo modo, los métodos de cura que se emplean en uno y otro sistema son completamente distintos y en la mayoría de los casos incompatibles (que a nadie se le ocurra echar verde de malaquita o azul de metileno a su acuario de agua salada...)


A continuación os comento algunos datos que pueden ayudar a entender y combatir el cryptocaryon irritans:


Puede encontrarse en cuatro estados bien diferenciados:


+ Trofonte (duración entre 3 y 7 días). En este estado, el parásito se encuentra "enterrado" en la superficie del pez (afecta a agallas, librea, ojos y aletas), alimentándose de su piel y sangre. Es en esta fase cuando se maniefiesta el "punto blanco" de manera visible; el huésped sufre doblemente ya que el parásito además de debilitarlo por el hecho de alimentarse de él, le produce fuertes picores que le incitan a frotarse contra las rocas y paredes del acuario, lo cual suele originar llagas y abrasiones, muchas veces sangrantes, sucedidas por infecciones bacterianas que complican incluso más su estado.


+ Tomite (Duración hasta 18 horas). Una vez el parásito ha engorgado suficientemente, se desprende del huésped e inicia una fase de flotación libre hasta encontrar una superficie adecuada donde fijarse y formar un quiste. El tomite tiene un máximo de 18 horas para enquistarse, si no lo consigue en este tiempo acaba muriendo. Esta fase se inicia invariablemente en ausencia de luz y es en este momento en el que más eficaz se muestra el empleo de cualquier método de combate (lámparas germicidas, ozono, fuertes corrientes que dificulten su fijación, antibióticos ...). A pesar de todo, se estima que aproximadamente el 5% de los parásitos consiguen fijarse a alguna superficie y con ello continuar su ciclo biológico.


+ Tomonte (entre 3 y 28 días). El parásito en forma de quiste sobre el sustrato o roca inicia una fase reproductiva por bipartición. En esta fase es resistente a medicamentos y cualquier método de combate.


+ Teronte (entre 24 y 48 horas). Una vez se abre el quiste de la fase anterior, se liberan del orden de doscientos minúsculos terontes. Estos pequeños ciliados tienen hasta 48 horas para encontrar un huéspes, si tras este tiempo no lo logran, mueren de inanición. En realidad no tienen que nadar mucho ya que la mayoría de los peces descansan sobre el sustrato, son pocos los que lo hacen el la zona superficial del acuario, por lo que los terontes suelen tener gran éxito infeccioso. Al igual que en la fase de tomite, son muy vulterables a las lámparas germicidas, ozono y medicamentos.



Algunos datos de interés:


- El crytocaryon irritans solo ataca a peces, en ningún caso invertebrados, incluso sésiles como los caracoles y tridacnas. No obstante en virtud de lo anterior, un invertebrado puede ser portador de la enfermedad durante un tiempo de hasta 28 días (tomonte enquistado), de ahí la conveniencia de aplicar cuarentena también a los invertebrados.


- Estudios internacionales aseguran que se encuentra presente en el 95% de los acuarios; el hecho de que no se manifieste no significa que el acuario esté limpio del parásito. Suele encontrarse enquistado en el sustrato, roca y filtros manifestándose cuando se produce en el sistema algún cambio brusco en alguno de los parámetros (normalmente temperatura o iluminación) o sometemos a estrés a alguno de los peces (introdución de nuevos ejemplares).


- La virulencia con la que se manifiesta el punto blanco en un pez está directamente relacionada con el grosor de su mucus protector. Por ello los peces cirujanos, ángeles y mariposas son mucho más propensos (frecuentes nadadores de largas distancias con pequeña cantidad de mucus protector) que los peces payasos, damiselas, gobios, blenios, morenas y especialmente dragoncillos (synchiropus). Esto no significa que los peces del segundo grupo sean inmunes a este parásito, tan solo su incidencia y la gravedad de las lesiones es muy inferior (suelen ser portadores de algún teronte que apenas les causa algún daño pero que si sobrevive y con ello permite la continuidad del ciclo).


- Tipos de inmunidad:

+ Inmunidad natural. Solo en casos anecdóticos; incluso las especies más resistentes son atacadas por este parásito aunque sea en menor medida.

+ Inmunidad adquirida. Cualquier pez que sobreviva al ataque del c. irritans, desarrolla cierta inmunidad que le permite resistir mejor futuras infecciones. Se han hecho estudios con chelon labrosus que indican que el 82% de los individuos que reistieron una primera infección, lograron completa inmunidad ante sucesivos ataques. Esto explica que en algunos casos pensemos que hemos eliminado el parásito de nuestros acuarios, cuando lo que realmente sucede es que algunos peces han desarrollado inmunidad y esta ya no se manifiesta.


- El cryptocaryon irritans se autoextingue al cabo de 11 ciclos, es decir aproximadamente tras un año de su introducción en el acuario. Al parecer, la información genética del parásito se degrada de tal manera que solo es capaz de reproducirse 11 veces.


- El único método 100 % eficaz para eliminar este parásito es la cuarentena unida a tratamientos con sulfato de cobre, formaldehido o hiposalinidad). Se recomienda que sea de al menos 8 semanas. No existe ninguna medicina "reef-safe" que lo elimine de nuestros acuarios, las existentes como Kill-ich o Herbtana lo único que hacen es fortalecer el sistema inmunitario del huesped, lo cual le ayuda a sobrevivir a la fase del trofonte y adquirir cierto grado de inmunidad ante futuras infecciones (que no es poco).


- Los tratamientos de cobre, formaldehidos e hiposalinidad solamente son efectivos en la fase de flotación libre (tomites y terontes). La hiposalinidad también suele ser efectiva en la fase quística cuando se desciende hasta niveles de gravedad específica de 1.009 ppm ya que la menbrana del quiste es incapaz de reisistir la presión osmótica y acaba rompiéndose.


- Los tratamiento por inmersión no son 100% seguros. Llegan a limpiar más del 90% de los parásitos, lo cual alivia al huespez, no obstante, cuando un pez está infectado por trofontes, estos pueden profundizar tanto en su piel como para no ser afectados por el cobre o direrencia de presión osmótica (baño en agua dulce). Salvo en determinados casos, es mejor no aplicar baños de limpieza al pez afectado, ya que esto les suele estresar enormemente y conducirles a una muerte segura.


- El labroides dimidiatus no es un eficaz limpiador de punto blanco, tampoco las lysmatas amboinensis como demuestran estudios cientificos (no se han encontrado trofontes en el estómago de ejemplares que habían estado en acuarios infectados). Por contra si son efectivos retirando pieles muertas y limpiando las zonas afectadas lo cual puede servir de alivio al huesped afectado (esto no justifica echar un labroides a un acuario infectado ya que lo estaremos condenando a sufrir la misma enfermadad).


- Es estrés no causa el punto blanco. Lo que si hace es desencadenarlo cuando está presente en el acuario. Los peces residentes en un acuario libre del parásito no pueden sufrir punto blanco por mucho que los estresemos con cambios de temperatura o iluminación.



Como conclusión, destacar los dos únicos métodos eficacies para mantener alejado a este parásito de nuestros acuarios:


- En acuarios libres del parásito, no debemos introducir nada que no haya pasado una cuarentena de al menos 8 semanas. Esto incluye algas, roca, corales, caracoles, agua... es importante no usar la misma red, jeringuillas y botes para distintos acuarios, cualquier objeto podría transmitir el parásito al menor descuido.


- En acuarios con el parásito instalado lo mejor suele ser reforzar el sistema inmunitario de los peces. Esto se consigue con una alimentación variada y de calidad, rica en ácidos grasos, Hufa, etc. El ajo es un potente antibiótico y potenciador del sabor por lo que suele ayudar con ejemplares que manifiestan los primeros síntomas. También es importante evitar situaciones de estress como introducir nuevos peces que luchen por territorio o hacer cambios bruscos de agua.


Espero que estas lineas os sirvan de ayuda.


con el permiso del compañero monti.

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